ORAL Y PÚBLICO, emisión del 24/11/1995. Laura Bonaparte y Nora Anchart - Abogarte

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SEGUIMOS PARA QUE NO NOS ARREBATEN EL FUTURO
“… Ellos quieren contarnos…” Las Pancartas de las Madres A mediados de los años noventa, las Madres de Plaza de Mayo- Línea Fundadora comenzaron a confeccionar un conjunto de pancartas que diera cuenta de las historias de vida de los detenidos-desaparecidos. ¿Quiénes eran los desaparecidos? ¿Cómo eran sus rostros? ¿Quiénes fueron sus afectos, sus amigos y cuáles sus costumbres y los rasgos específicos de su militancia? Así surgen las pancartas: con la intención de reponer, al menos en parte, la dimensión humana y política de aquellos individuos a quienes el terrorismo de Estado pretendió sustraerles las marcas de su identidad y de su existencia. En sí misma, la pancarta como soporte remite a los elementos y herramientas propios de la militancia. La pancarta se porta en las manifestaciones para dar visibilidad a un mensaje y, en este caso, lo que acuciaba era echar luz sobre la identidad de los detenidos-desaparecidos. Así, se emprendió la tarea de recuperar documentos personales, fotos, textos, dibujos, objetos que, compuestos sobre modestas cartulinas, brindaran testimonio directo sobre la vida de cada uno de ellos. En la mayoría de los casos, las pancartas consignan dónde y cuándo fueron detenidos y desaparecidos y, en algunas ocasiones, incluyen leyendas tales como “un pueblo que olvida, repite su historia”.
Como todo proceso de narración identitaria, la elaboración de las pancartas trascendió el círculo estrictamente familiar.
En la tarea de recolección de materiales y armado de las mismas, las Madres contaron con la ayuda de un grupo de colaboradores, quienes en algunos casos, habían sido amigos o compañeros de militancia de sus hijos desparecidos. Luego de meses de preparación, las pancartas fueron exhibidas públicamente por primera vez el 25 de noviembre de 1995 en el Parque Las Heras bajo el título “Muestra itinerante por la identidad completa del detenido-desaparecido. Seguimos para que no nos arrebaten el futuro”. A partir de allí, fueron exhibidas en numerosos espacios públicos y  recorrieron gran parte del país, cada vez, sumando más carteles, reconstruyendo otras, nuevas identidades.
Si el terrorismo de Estado negó la existencia de los desaparecidos y las leyes de punto final, obediencia debida y el indulto acentuaron las marcas de impunidad, las pancartas se constituyen como una acción estético-política que apuntó tempranamente a contrarrestar esta operación de borramiento. Asimismo, si la categoría de desaparecido tiende a diluir individualidades, las pancartas brindan la posibilidad de recuperar las existencias singulares, las biografías personales y las trayectorias únicas.
Las pancartas que se exhiben aquí conforman una narración identitaria social insustituible, un testimonio del vínculo entre padres e hijos, entre compañeros y amigos.
* Gran parte de las pancartas originales fueron destruidas por acción de la lluvia durante la Marcha de la Resistencia en 2004. Las pancartas que se exhiben en el Parque de la Memoria fueron reconstituidas, digitalizadas e impresas en lonas vinílicas para preservarlas y facilitar su traslado por el programa de Derechos Humanos de la Secretaría de Cultura de la Nación. Agradecemos a Carmen Lapacó y Fabiana Almeida las gestiones de préstamo de las mismas y a Nora Anchart por la valiosa información brindada.
Origen a esta expresión de la Madres tuvo lugar en el Primer Encuentro de las Madres con la Juventud. En la emisión del 24/11/1995 Laura Bonaparte y Nora Anchart promovieron un acto en el Parque Las Heras donde se inauguró la costumbre de las pancartas


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