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Más que un militar, fue un militante
Trabajó por la reforma de las instituciones militares y por el juzgamiento de los crímenes de la última dictadura. Había entrado al Ejército como infante en 1943 y se hizo peronista en 1950, cuando conoció a Juan Domingo Perón. El coronel retirado Horacio Ballester, fundador y ex presidente del Centro de Militares para la Democracia (Cemida), que desde 1984 trabajó a favor de la transformación de las instituciones militares y del juzgamiento de los crímenes de la dictadura, murió el sábado a los 88 años. Figura central del minúsculo grupo de militares que rechazaron el terrorismo de Estado, Ballester declaró como testigo en el proceso a Videla, Massera & Cía. en 1985. En la última década, tras la reanudación de los juicios, puso sus conocimientos y su experiencia en los cuarteles al servicio de la verdad y la justicia, causa que lo llevó a declarar en juicios orales y públicos en todo el país. “Estamos muy orgullosos del trabajo que desarrollamos, pero entendemos que se cumplió un ciclo y que las épocas no son las mismas, por suerte”, explicó en 2012 en una entrevista en Miradas al Sur al anunciar junto al coronel Augusto Rattenbach la disolución del Cemida. “Fíjese cómo ha cambiado todo que aquellas búsquedas relacionadas con la libertad, la memoria y la justicia, que hace tres décadas parecían imposibles, hoy son cosa de todos los días”, celebró….
Tras la restauración democrática, Ballester junto con Rattenbach y coroneles retirados como José Luis García, Carlos Gazcón, Gustavo Cáceres y Juan Jaime Cesio se agruparon para dar nacimiento al Cemida. “Al subir el gobierno constitucional en 1983 las únicas voces militares que se escuchaban, de personal en actividad o retirado, eran favorables a la dictadura y nuestras voces opositoras carecían de eco periodístico”, rememoró. Tres días después de la aparición en sociedad del Cemida, una bomba destruyó sus instalaciones en calle Libertad 94. Varios de sus miembros recibieron amenazas y presiones para apartarse de la organización, acusada de “atentar contra las Fuerzas Armadas”. El núcleo inicial se fortaleció con la incorporación de un puñado de oficiales subalternos dados de baja por su rechazo a la dictadura y algunos altos oficiales retirados como los generales Ernesto López Meyer y Jorge Leal. (Página/12, 29/10/15)
En la emisión número 22 de ORAL Y PÚBLICO, el 2 de junio de 1995 recibimos al Coronel Horacio Ballester, integrante del CEMIDA. El motivo de la convocatoria: las declaraciones del Almirante Molina Pico, para quien Alfredo Astiz reunía las condiciones morales para ser ascendido. Esto provocó la airada reacción del Embajador de Francia en nuestro país y la de su Presidente, lo que motivó que Menem lo considerara intromisión en cuestiones internas argentinas, lo que no compartimos de ninguna manera