La noche de las corbatas
Entre la noche del 6 y el 8 de julio de 1977 se produjo el secuestro, desaparición y muerte de un grupo de abogados laboralistas que es recordado como la noche de las corbatas.
No fueron protagonistas de ninguna gesta que los libros de historia puedan calificar como tal. Tampoco fueron los artífices de ninguna epopeya que separe la historia en dos.
Tan solo eran abogados. Abogados como nosotros. Abogados de trabajadores...
Pero qué fuerza pudieron tener sus voces para explicar la masacre?
Cuan subversivo puede ser abogar por los derechos de los que menos tienen?
Qué peligroso puede ser para el poder asaltado - el berretín de esos hombres -, de defender a los que únicamente tienen su fuerza de trabajo para ofrecer al dios-mercado?
Qué pensamientos habrán atravesado las mentes de éstos hombres-tordos, cuando la brutal represión de la tiranía militar fue por ellos?
Se habrán visto en la memoria jugar con sus pibes, o abrazar a su mujer, o tal vez a los compañeros esperándolos en sus estudios como fábricas... en la puerta del gremio o de la mutual... o quizás en el medio del conflicto bravo.
No podemos afirmar que fueran héroes, sólo que decidieron servir antes que servirse de la gente, que le quitaron minutos a su vida por apostar a la vida... y que ya no están porque decidieron vivir y morir en su ley... la de los hombres justos y consecuentes.
A ellos todo nuestro homenaje
"Que entre el 6, 7 y 8 de julio llevaron a todos los abogados a la Cueva, sin poder precisar con exactitud que día llegó cada uno. Que estima que el 6 llegaron Alais, Ricci y Arestín y entre el 7 y 8 llevaron al Dr. Fresneda y su esposa, al Dr. Bozzi y al Dr. Centeno. Que el Dr. Arestín se quejaba del dolor por la herida y pedía por el médico y le decían "vení que te llevamos con el médico" y lo llevaban a una sesión de tortura y luego le cosieron las heridas sin anestesia. Que todos los abogados y la esposa de Fresneda, Mercedes Algañaraz de Fresneda, fueron sometidos a tortura. Que el Dr. Centeno fue sometido horriblemente a tremendas sesiones de tortura, que ella vivió la agonía de una persona. Que un guardia le dijo "vení dale agua al viejo"; que sabiendo los efectos de tomar agua luego de las sesiones de tortura, sólo le humedeció los labios y le dijo "quédese tranquilo ya vamos a salir" mientras el Dr. Centeno preguntaba "quienes son???, quienes son???". Que ella vió la degradación a la que fue sometido, que lo vió en traje prácticamente agonizando. Que sabía que no resistiría otra sesión de tortura y no obstante ello, fue sometido otra vez más, escuchando luego de ello la caída del cuerpo y como lo arrastraban por el piso para tirarlo dentro de un cuarto golpeando su cuerpo contra la pared de madera. Que luego de la muerte del Dr. Centeno y del Dr. Candeloro la situación cambió, se los veía a los guardias como tensos y sabiendo que allí se había cometido un exceso, decían en tono crítico hacia quienes aplicaron las sesiones de tortura que "se les había pasado la mano, que a ellos no les hubiera pasado". Que luego de eso a ella la llevaron a la cocina de "La Cueva" y mediante un trato totalmente distinto, previa advertencia de que no se preocupara, le preguntaron sobre su marido y la sociedad con el Dr. Centeno, acerca de los sindicatos y otras cuestiones vinculadas a eso. Que días después escuchó en la radio que informaban que el cuerpo del Dr. Centeno había sido encontrado luego de que lo secuestraran los montoneros, que los guardias riéndose exclamaban "se la tragaron". Que en ese momento comprendió porqué la noche en que llevaron a los abogados, los guardias y la patota entonaban canciones de los montoneros. Que ella es trasladada a principios de septiembre a la comisaría cuarta de Mar del Plata y el resto de los abogados quedan allí, también Mercedes Argañaraz de Fresneda, que estaba embarazada. Que el Dr. Ricci y el Dr. Bozzi estuvieron alrededor de 48 horas allí y luego se los llevaron. Que a un guardia de "La Cueva" le llamaban Charles, por su parecido a Charles Bronson, que era el único de los guardias que entraba a las sesiones de tortura. Que los sábados, domingos y días feriados o festivos no se tortutaba. Que un día les permitieron salir a conversar menos al Dr. Alais, estaban los abogados y también Mercedes Lohng, Mirta y su hermano. Que Mercedes Lohng, Mirta y se hermano fueron trasladados mientras ella todavía estaba en "La Cueva", que Charles les dijo que se despidieran, que Mercedes Lohng le contó que antes de partir tenía que pasar por la enfermería para tomar un tranquilizante porque iba a viajar en avión. Que nunca más los vió, que estas personas están desaparecidas. (...) Que el nombre "la noche de las corbatas" surge de los mismos guardias en la noche en que llevaron a los abogados decían "que es esto??? Esto es "la noche de las corbatas" agregando "los que administramos justicia ahora, somos nosotros". (del testimonio de Marta García de Candeloro, en los Juicios de la Verdad)
Esta es la memoria histórica.
La denuncia formulada por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, contra el Juez marplatense Pedro Federico Hooft, por su actuación en el año 1977 como Juez interviniente frente al secuestro, tortura, asesinato y desaparición de abogados laboralistas en estos sucesos, pone al desnudo un eslabón no menor en la cadena de responsabilidades del genocidio.
La Justicia adicta, especialmente la de aquellos jueces que no solo juraron por los estatutos del proceso, sino que nada hicieron frente al pedido de habeas corpus de parte de familiares, amigos y compañeros de personas detenidas en los centros clandestinos de detención, o que rechazaron los mismos, o que cajonearon las causas, configura una deliberada complicidad con los autores materiales de los crímenes, poniendo una cobertura judicial a la barbarie. Casos como el denunciado, en que el Juez Hooft - según testimonios-, recorría en persona los centros clandestinos de detención, deben ser investigados hasta las últimas consecuencias.
La Agrupación de Abogados NORBERTO CENTENO expresa su apoyo a la investigación y al castigo de todos los responsables, sus ejecutores materiales, los ideológicos y a quienes permitieron que aquellos flagrantes crímenes fueran perpetrados.
Porque ya es hora que los responsables del martirio, sufran no solo un reproche moral o político por sus actos, sino que soporten todo el castigo de la justicia, esa que ellos mismos negaron.
En estas horas resulta imperativo saber diferenciar los comportamientos de aquellos abogados que dieron su vida en la defensa de los derechos humanos y sociales, a contrapelo de los que escondidos en su magisterio legitimaron el ultraje.
En memoria de los compañeros Salvador ARESTIN, Camilo RICCI, Tomás FRESNEDA, Hugo ALAIS, Jorge CANDELORO
y Norberto CENTENO
PORQUE NO OLVIDAMOS - NO PERDONAMOS
POR EL JUICIO Y CASTIGO A TODOS LOS CULPABLES
Agrupación de Abogados
NORBERTO CENTENO
Luis ROA, Luis PADIN, Juan Manuel DI TEODORO, Luis PALMEIRO