Cuál es el sentido de la abogacía hoy?
Es inocultable que las instituciones de la República, del Estado de derecho, la división de poderes, los derechos y las garantías, y todo cuanto de manera genérica llamamos democracia, están en crisis.
La crisis más grave en los últimos 40 años; es decir, desde que recuperamos esa democracia.
El asombroso e injustificado despliegue de fuerzas en las inmediaciones del Congreso de la Nación cuando se votaba la llamada Ley de bases, recordó los peores momentos de la historia más o menos recientes de la Argentina. Nada lo justificaba.
La Constitución Nacional, la historia nacional y el sentido común, reconocen el derecho de la protesta y de peticionar a las autoridades. La represión a esas justas manifestaciones populares son expresiones de las dictaduras, no de las democracias.
Infiltrar personajes para provocar desmanes que justifiquen la represión, es un elemental recurso de manual, al que suelen echar mano los gobiernos del mismo signo.
La cacería de personas que hacían legítimo uso de sus derechos estuvo en las pantallas de la televisión y nadie, de buena fe, la puede negar,
La pasividad con que esas fuerzas contemplaron el incendio de un automóvil es también innegable.
Lo que vino después, ya con intervención de jueces y fiscales, no fue mejor.
Las acciones impulsadas por el fiscal Stornelli son un monumento a lo que no se debe hacer si se quiere impulsar una investigación penal que respete los estándares universales de garantías del debido proceso.
La República Argentina está bajo la lupa de los órganos de contralor regional de los Derechos Humanos. Tanto la Comisión como la Corte tienen casos de violencia institucional, a las que se agregará lo acontecido el 12 de junio ppdo.
A los detenidos se les enrostró un rosario de delitos y se los acusó de terroristas y golpistas, con una inconsistencia fáctica y jurídica que alarma.
No puede interpretarse todo esto sino como un intento de inmovilizar a la población, domesticarla e inspirarles temor de ejercer el legítimo derecho de protestar y reclamar.
El pueblo argentino tiene vasta experiencia y reclamar a las autoridades. Dudo que se deje amedrentar por estas acciones autoritarias y antidemocráticas que no son sino el calco, corregido y aumentado, de lo que vimos durante la gestión anterior de las autoridades de seguridad.
Grupos de abogados comprometidos con la plena vigencia de los DDHH siguen poniendo el cuerpo en defensa de una población agredida de manera brutal e injustificada.
Dentro de pocos días, el 6 de julio, rememoraremos a los y las colegas en cuyo homenaje la FACA declaró el Día nacional de los abogados y las abogadas víctimas del terrorismo de Estado. Un día después, el 7 de julio, el Día del abogado laboralista instaurado por la Ley 27.115.
Me pregunto cuál es el sentido que hoy tiene ser abogado, ante hechos que nos han conmovido y trasladado a la larga noche de la dictadura cívico militar
´También me pregunto qué actitud deberían tomar las instituciones de la abogacía?
Tomarán partido en defensa de los derechos y garantías o atenderán solo a los intereses sectoriales?
Este es el gran interrogante y el motivo de preocupación de muchas abogadas y muchos abogados.
La inacción ante tanto agravio a las instituciones tendría graves consecuencias históricas. Es, al menos, mi humilde opinión