Democracia de baja intensidad? A escasos días de gobierno de Javier Milei suenan las alarmas - Abogarte

Title
Vaya al Contenido
Democracia de baja intensidad?
Carlos López De Belva
En tiempos de Macri, se solía hablar de una democracia de baja intensidad. Graciana Peñafort, dándole una vuelta de tuerca, se preguntaba si se trataba de eso o de una dictadura de baja intensidad.
Eso hoy ya es pasado. O más o menos.
El gobierno de Javier Milei comenzó con señales bastante alarmantes. Nunca antes se había desairado al Congreso de la Nación como cuando el flamante Presidente asumió. Luego de un discurso menos que protocolar, habló en las escalinatas del Congreso, a espaldas de la representación popular.
Todo un símbolo.
El DNU 70/23 fue otra clara señal del sentido que el Mandatario tiene de la República, de las instituciones de la democracia y de la Constitución  como ley Suprema de la Nación. Al decreto le siguió, en sintonía filosófica perfecta, el proyecto de ley  omnibus.
La conformación del gabinete demuestra cual es el sentido del cambio de su sector político.
Tuvo el decreto de necesidad y urgencia la rara virtud de hacer coincidir, en el estupor, a los constitucionalistas de todo el espectro político.
Cuando el fuero laboral suspendió los efectos en relación al derecho de los trabajadores, abundaron los escraches – una vez más – a los jueces que no le fueron funcionales. Vieja historia del neoliberalismo o neocolonialismo, como se prefiera llamarlo. Juez que no falla conforme sus intereses, es denostado y si es posible, removido. Alguien dijo alguna vez: “eso no es lo que habíamos convenido”. Brutal sincericidio.
El adefesio legal tuvo también la virtud de provocar la rápida y bastante fuerte respuesta de la abogacía.
Obviamente la más destacable respuesta la viene obteniendo de la sociedad, incluida una clase media que saludó alborozada su triunfo y que ahora ha debido desempolvar sus cacerolas.
Volverá el “piquete y cacerola, la lucha es una sola”? Todo es posible en nuestra realidad, bastante bizarra por momentos.
Tarea urgente, impostergable, de la abogacía, es la de defender con toda firmeza la división de los poderes y la independencia del Poder judicial.
Es eso o sucumbir como República.
Rodolfo Barra, uno de los funcionarios que mejor demuestra que es lo que el gobierno entiende por cambio, ya teje en las sombras, la forma de uniformar todas las acciones en un fuero amigo. Las presiones se van a ir haciendo insoportables, más allá de que hay jueces que no la necesitan demasiado para dictar pronunciamientos funcionales al poder real y a sus propios intereses.
La cuestión de los derechos humanos, que no debe dejar de ser razón dee Estado, también está en riesgo. Las causas de lesa, los reclamos de impunidad por parte de los familiares de los represores, la teoría de los dos demonios que se pretende nuevamente impulsar y la banalización de las desapariciones forzadas mediante el subterfugio de discutir un número, nos imponen estar muy atentos y atentas.
Hoy más que nunca, Memoria, Verdad y Justicia. Fueron 30 mil. Nunca más es nunca más!
Los abogados y sus instituciones tienen un rol fundamental. No tanto como el del pueblo en las calles, pero uno al que no pueden ni deben renunciar.
Todo recién empieza aunque lo hizo de la peor manera.
Es mucho lo que está en juego. Ni más ni menos que la democracia.
Las fuerzas sociales y políticas se van tensando. Algunos fallos, en correcta sintonía con las garantías convencionales, han despertado las iras del gobierno. Se han formado solo cuatro comisiones para analizar la ley ómnibus y se lo hizo de manera reñida con la convivencia democrática, conforme ayer mismo (4 de enero de 2024) se denunció públicamente. Barra, ícono de los 90 privatizadores, trina contra los jueces independientes. Por ahora la batalla con mejores perspectivas se está dando en los tribunales. Sin embargo, según yo lo veo, la madre de todas las batallas se va a dar en las calles. De manera pacífica, pero firme.
30 mil razones, muchas de ellas abogadas y abogados, nos interpelan una vez más.
Defendamos la democracia con todas las herramientas que nos da la ley. Solo así seremos dignos ante la historia

Regreso al contenido